Partiendo de la premisa de que no hay emociones «buenas o malas», en Cultivando emociones generamos un espació donde incluir cualquier emoción que se presente, y valorarla como una nueva oportunidad de aprender algo más sobre nosotras y nosotros mismos.

Aprenderemos a observar cuándo suceden, de qué modo se manifiestan en nuestro cuerpo y cómo podemos relacionarnos con ellas para gestionarlas del modo más saludable posible para mí mism@ y para los demás.

Los grupos son reducidos y están formados por niñ@s con niveles de maduración semejante.